Ve al sitioEl desconsiderado viajero moderno, encerrado en su coche, ha conocido Rezzato por las colas soportadas en el maldito semáforo del puente. Ni una sola vez ha entrado en el pueblo. El único enfoque turístico es la mirada fugaz, desde la carretera, a la espectacular casa de los Avogadro, convertida después en la villa Fenaroli. Vale la pena, sin embargo, una visita detallada, al pueblecito a un paso de Brescia; aunque sólo sea para tener una idea de los momentos en que fue protagonista y en qué momento hemos tenido hombres ilustres en nuestra ciudad. Sin olvidar la importante contribución de los tajå-préde (canteros), al desarrollo de la elaboración también artística del mármol.
Comience visitando el puesto situado en el cruce sobre el puente. Fue un magnífico patio del siglo XV y albergaba una posada para los viajeros de paso de la época. No prestar atención a la fealdad arquitéctonica actual, pero intentar de imaginárosla con los pórticos sostenidos por viejos pilares y la cocina con nuestros propios sabores. En Rezzato construyeron sus propias casas de vacaciones las familias nobles brescianas, comenzando por Bettoni, Chizzola y Avogadro. Estos últimos vivieron allí desde el siglo XV; en 1581 los Rectores de Brescia ordenaron la destrucción del palacio del Conde Ottavio, desterrado de la tierra por sus fechorías. En la primera mitad del siglo XVIII el famoso arquitecto G.Battista Marchetti intervino en el anterior edificio y, aprovechando la especial situación orográfica, construyó uno de los mejores complejos de casas de nuestro territorio. Estatuas de mármol de Botticino que representan a las antiguas diosas paganas embelleciendo el elegante jardín delantero; fueron retiradas después de la guerra de los Padres Scalabrini para no forzar la recatada mirada de sus estudiantes y observar la “indecente” desnudez de mármol.
En su villa el noble Giacomo Chizzola, después de ser retirado de la política, fundó una escuela (1547) para los hijos de las mayores familias brescianas por lo que aprendieron los principios del latín con la lectura de los clásicos. No se sabe mucho acerca de esta institución. Se sabe, sin embargo, que el matemático bresciano Niccolò Tartaglia dio allí unas conferencias sobre Euclide y lo mismo Chizzola, que les enseñó economía rural en consonancia con las más conocidas revelaciones de Agostino Gallo y de Camillo Tarello de Gavardo. Un autor sostiene que la escuela sea“la academia agraria más antigua del mundo, tal vez…”.
Mientras los nobles se dedicaban “all’otium litterarum”, la población tenía mejores cosas que hacer para ganarse la vida. Además del cultivo de las tierras tenían como trabajo más exigente aquél “de trabajar con piedras en el monte de medole anteriormente llamado del Peladolo, enviando estas piedras a muchos lugares del Estado…”. De hecho, la vocación del pueblo era ya elaborada: obtener piedras, empacarlas y venderlas. A los habitantes de Rezzato se les ha reconocido el mérito de saber elaborar como ningún otro la piedra. Cuando se habla de Rezzato se tiende a pasar por alto a Virle, que hoy día es una aldea. Esto es un grave error dado que Virle era un municipio con sus peculiaridades: tenía terrenos muy fértiles y fue famoso por las “calchére”, hornos para la producción de cal. Los dos pueblos tenían muchas disputas que se mantuvieron durante siglos. Tampoco cuando estaba el fascismo,querían hacer un solo municipio.
La actividad de la piedra fue el motor de la economía del pueblo, y si en Botticino las minas de mármol creaban la mayor oportunidad de trabajo, Rezzato aportaba la mano de obra especializada en el corte y en el acabado de la materia prima. Las iglesias y los oratorios del pueblo son un ejemplo de la capacidad de los canteros locales. Manufacturas provenientes de los laboratorios de Rezzato se encuentran en centenares de pueblos y en infinidad de iglesias y en los muros de las más grandes obras públicas de la ciudad podemos encontrar la cal proveniente de Virle.
En los periodos malos, no eran pocos los habitantes de Rezzato los que se echaban la maleta al hombro y emigraban a otros distritos, donde eran requeridos por su experiencia. No podía faltar en el pueblo la escuela de los tajå-préde (canteros). Rodolfo Vantini que, a su cargo, quería establecer un laboratorio para mejorar la profesionalidad de los jóvenes que deseaban iniciarse en esta actividad.
El visitante no podrá ignorar otros dos lugares característicos: el santuario de la Madonna di Valverde y el Convento de los Cappuccini (capuchinos) sobre las colinas de San Pietro. El 26 de julio hay una procesión que lleva a los fieles al santuario donde, tiran los alimentos en el estanque, recordando las apariciones del Salvador y de la Virgen (1399)
Si en este caso el hecho, magnificado por la devoción popular, puede dejar a algunos un poco perplejos, quedamos encantados ante el magnífico paisaje y la tranquilidad del convento. Fundado en 1570 con la contribución de Rezzato, Virle, Nuvolera, Botticini, Mazzano y Caionvico y convertido en un oasis de paz y de cultura así como de caridad para los necesitados. Encontramos además una biblioteca muy surtida.
Rezzato es un pueblo que ha vivido de la piedra, pero no hay que pasar por alto nada que pueda llenar los corazonesy las mentes de sus habitantes: la fe y la cultura.
Un pueblo en nombre a la gente
La alternancia de viviendas de los hogares y familias de Rezzato requeriría un tratado; las familias nacen, se desarrollan y mueren o bien se dividen en varias ramas de las cuales algunas quedan y otras desaparecen. Entre las más conocidas y más comunes podemos nombrar a los Archetti, los Lombardi, los Zani, los Gaffuri, los Lonati, los Ballini y los Bertocchi. Algunas de estas vuelven a estar presentes en Rezzato y Virle a partir del siglo XV-XVI. Las migraciones internas y los desplazamientos desde la ciudad y entre pueblos vecinos han creado una situación de mezclas por la cual se van perdiendo las viejas familias originarias y los apodos que le caracterizaban. Quedan, sin embargo, todavía en la memoria de los más antiguos, los apodos de las familias que, incluso aquí, como en otras partes, tienen su origen desde las más variadas situaciones.
Una rama de los Lombardos es llamada i Lömaghì, los Valseriati son los Galèil mientras los Bonetti son apodados los Besöi. Simunì, para quien los quiere conocer, son los Scaroni y los Franzoni. Otra rama de la familia Franzoni, lo que desciende del monte, es llamada Sunìgoi; Mòmi i Tollerini. Alomejor del país de origen la familia Busi venia llamada i Sangalì, no se sabe, entonces, por qué nunca los Lazzari fueron los Mašù. Algunas familias tienen el apodo proveniente del mundo de las frutas y las hortalizas: en Virle están los Patatì (los Albini, mecánicos de bicicletas y motos) con los cuales nada tienen que ver una rama de los Alberti de Rezzato llamados los Patatå; la otra familia de los Alberti, vinculada al mundo de las aves de corral, viene llamada Paciå-óvi.. Los Bussi son los Redéciå, los Maccarinelli son los Mèlgå y los Bertelli los Pomèlå. No tienen nada que ver con el pueblo los Óme que, en realidad, no son otros que los Gaffuri. Una rama de los Piccinelli de Virle son llamados los Cì, mientras los Tonolini que residen en la montaña son los Cùå (y los Cuì son sus hijos). Los Bisi son los Gaffurini y los Luì los Comelli.
Los animales han sido siempre un punto de referencia fundamental para reconocer a los hombres. Gino Nèdrå o, más amablemente, Ànatrå (llamado así por sus dos largos pies y por su caminar típico) podría, si la naturaleza y el sentimiento se lo permitieran, caminar hacia el amor y el acuerdo con Mariå Ócå; la Tópå, pero también Topolino(Locatelli), parecía ir en estrecha relación con èl Cacio (Giuseppe Apostoli).
Y todavía èl Cunìcio (Battista Caldera). ¿También habrá un motivo, verdadero, para llamar iaschitì a los Sberna yBocalì los Capra? Seguramente, estaban vinculados a la actividad, y lo tenían para identificar a una rama de los Albini con los Scaèså-uce. Pueden hacer referencia a la cocina PinoPastå (Giuseppe Colosio) y Bescòt (Inverardi). No hay que olvidar: Bèpi lungo (Piccinotti), BeppeRichètå, Danesi llmado Tètå, NaniPisù, Nani Màciå y el fruteroPènå (Bonometti). Y también Biancù (Agliardi), Cisco (Saottini), Giuseppe Colosio (Cinì), Aldo Consonni (èl Milanés) y Piero Bacìciå (Inverardi).
En Virle hay que mencionar a los Brich y las Briche (Zanotti), tres hermanas solteronas y un hermano cupido;Scucio (Caldera), Piero del lat (Capra), èl Tato (Piccinelli), èl Mato (Albini), Bómbå (Portesi) y, para terminar, èl Sceriffo: en los años cincuenta le dijo a la mujer: “Voy a comprar tabaco”.
Después de veinte años volvió de Argentina.