Me gusta cuando me responden al teléfono: “No está en casa, si quieres encontrarlo, tienes que ir a la plaza, que estará allí charlando”.
Cuando buscas a alguien en Montichiari, ya sea una persona importante o no, hay que pasar antes por la plaza Garibaldi. Si no sabéis lo que significa ir a la plaza a charlar, significa cultivar la amistad y vivir la calle. Montichiari es en primer lugar: charla, cotilleo, amistad, asociación, iniciativa y de nuevo charlas.
Es difícil encontrar un pueblo con la plaza despejada de coches; más difícil aún encontrar a la gente que conoces. Por esto, más allá de los palacios, de los monumentos, de la riqueza y de la pobreza, la historia de un pueblo puede ser marcada por el encuentro y por la ayuda mutua. Saber cuantas lápidas romanas puede tener el territorio es importante, conocer las batallas es curioso, recordar a los reyes que han gobernado y los soldados que han destruido es signo de cultura histórica, pero saber como han vivido nuestros antecesores y qué tipo de relación social ha habido entre ellos es mucho más educativo.
Las condiciones de vida de la mayoría de los habitantes del pueblo han sido siempre precarias, dependientes de la producción agrícola, porque los terratenientes que podían vivir fácilmente de la tierra eran pocos, los demás estaban obligados a sobrevivir en la miseria y en las dificultades a merced de la caridad o de la previsiones del ayuntamiento que, en 1554, distribuyó a los ciudadanos más pobres cerca de 31 millones de metros cuadrados de tierra. Este hecho contribuyó a quitar de la miseria a varias familias pero, a causa de algunas especulaciones, favoreció también el enriquecimiento de otras como los Zamboni, los Rodella, los Tabarini, los Piccinelli, los Chiarini, los Boschetti, los Maccabiani y los Scolari. En el siglo XVII, después de un periodo de escasez, no sólo desde el punto de vista económico, también las muertes a causa de la peste, se creó, para algunos, un cierto bienestar con la llegada de la actividad de la sedería, que habría hecho de Montichiari uno de los mayores centros, con Chiari, en este sector. La llegada de la industria y la concentración de las tierras en las manos de los pocos ricos no mejoraron las condiciones de vida de aquella mitad del país que vivía de miserias. Sólo la iglesia y sus organizaciones laicas han sabido satisfacer estas necesidades. La Serenissima (Venecia) y los otros príncipes que antes de ella habían gobernado Brescia no se preocupaban por la probreza y la miseria de la gente, se preocupaban sólo de poder poner más tasas.
La hermandad del Santo Sacramento, además.de seguir algunos fines puramente religiosos, distribuye parte de sus fondos a los pobres. La hermandad del Rosario daba mijo a los pobres y gestionaba un monte de piedad. La hermandad de los Disciplini usaba parte de sus entradas para ayudar a los necesitados y en la distribución de pan para los pobres. Desde 1565-66, en Montichiari, las asociaciones benéficas (o de la caridad), dedicaban su actuación a todos los indigentes del pueblo.
En 1644 fue construido el hospital, no queriendo Venecia, pero provocado por las varias diócesis del Concilio de Trento. La hospitalidad era “ofrecida a los pobres y a los inválidos de tránsito, verificando las necesidades reales de los hospitalizados”. Gracias al aumento de fondos en los años sucesivos, el hospital podía no solo “acoger a los extranjeros, sino también suministrarles ropa de viaje y distribuir limosna a los pobres del pueblo”. Las personas que hoy día, quieren defender nuestras raíces y tradiciones cristianas, no deben olvidarse de estas tradiciones de hospitalidad hacia los extranjeros así como a nuestros pobres.
La caridad cristiana sirvió para aliviar la pobreza generalizada, pero no para vencerla. Sin embargo, los de Montichiari sabían, sin ayuda alguna del Estado, socorrer las necesidades de los más miserables; se dice que algunos por amor al prójimo, otros por amor propio y otros intentando salvar sus almas ayudando a sus compañeros.
Sólo en el 1838 se pudo inaugurar un verdadero hospital municipal, después de haber reestructurado la vieja iglesia de San Rocco, con diez camas; durante la reestructuración murió el arquitecto Bicelli. La dirección del hospital fue puesta a cargo del doctor Paolo Boschetti.
No podemos olvidar el orfanato femenino, creado en el 1793 por el deseo de afrontar la “dolorosa y lamentable situación de un número grandísimo de jovencitas, algunas abandonadas y otras con una gran falta de educación espiritual y cívica, las cuáles abundan tanto en la ciudad de Brescia como en la provincia bresciana, y , especialmente el municipio de Montechiaro. El instituto abrió sus puertas a los huérfanos de la ciudad y de toda la provincia, y fue financiado por donaciones voluntarias de los benefactores. Recordemos a Ignazio Palazzi que desde 1798 pagaba cada año una suma de 500 escudos brescianos hasta su muerte, que fue en 1810.
Montichiari y sus gentes han ofrecido un espectáculo emocionante! ¿Sabrán sus ciudadanos de hoy, seguir el camino de sus antepasados? En este punto, valdrá la pena volver a reunirse en la plaza.
Museo “Giacomo Bergomi”
c/o Centro Fiera del Garda
Via Brescia, 129 – 25018 Montichiari (BS)
Horario de apertura:
– Martes a Viernes 9,00-13,00
– Miércoles 9,00-13,00 y 14,00-18,00
– Sábado y Domingo 14,00-19,00
Información y reservas de visitas guiadas:
Tel. 030 9650591
Tel. 030 961062 – 030 961148 (fuera del horario de apertura)
Fax 030 9961966.
info@museobergomi.it El Museo Bergomi nació en el 2004 gracias a las administraciones municipales dirigidas por el alcalde Rosa que recibió en donación del famoso pintor y escultor Giacomo Bergoni unos 6000 objetos del mundo agrícola alpino y padano. En su interior son expuestos y ricamente ilustradas todas las obras y están presentes también algunos laboratorios didácticos (producción de leche, quesos, mantequilla) reservadas a las escuelas. Hasta el 31 de diciembre de 2008 estaba abierta, siempre en el museo Bergomi, la exposición sobre los Lombardos, realizada gracias a la colaboración del Grupo Arqueológico local Monteclarense, la Supervisión de los bienes Arqueológicos de Brescia, la Fundación Dominato Leonense: son presentes también dos laboratorios didácticos sobre la creación de molinos lombardos y de la fusión de metales.
PINACOTECA PASINETTI
Via Trieste, 56 – 25018 Montichairi (BS)
Tel. 030/9656323
Horario de apertura:
Sábado 9,30-12,30 y 15,00-18,30
Domingo 15.00-18,30
Jueves (sólo con reserva)
La Pinacoteca Pasinetti nació en diciembre del 2007 gracias a la donación de la profesora Laura Pasinnetti, sobrina del pintor Antonio Pasinetti (1863-1940), nativo de Montichiari, que decidió dejar al Ayuntamiento toda su herencia: unos 500 cuadros realizados del mismo Antonio Pasinetti y de su sobrino del mismo nombre, joyas, coches de época, muebles, libros y liquidez. En la Galería, de forma rotatoria, son expuestas más de un centenar de pinturas que ilustran de manera clara y precisa la parábola artística de Antonio. Una elegante librería enriquece y mejora la exposición. La Galería de arte tiene sede en el edificio del antiguo hospital, en la primera planta y en el ático. En el mismo edificio se encuentra también la biblioteca municipal.
Castillo BONORIS
El castillo Bonoris, construido en la última década del siglo XIX por deseo del Conde Gaetano Bonoris, a petición suya, quería volver a crear una fortaleza al estilo medieval sobre los restos de la antigua Rocca (fortaleza). El edificio, el cual tiene muchas similitudes con el Castillo del Valentino y el de Fenis, presenta llamativas habitaciones con frescos y completamente amuebladas, una sala de armas y una capilla privada. Un parque frondoso rodea al castillo que domina el centro histórico de Montichiari.
Horario de apertura:
Abril-octubre, sábados h.15-19 domingos h.10-12 y h.15-19
Abierto todo el año para grupos previa reserva.