Castenedolo

Ve al sitio

Aquí tenemos por fin un país con orígenes claros! Castenedolo, sin duda, es un pueblo nacido durante los siglos XI-XII gracias a la intervención del municipio de Brescia.

Esto se deduce del útimo libro de historia del pueblo, escrito por muchas manos de investigadores con experiencia. Los dos volúmenes anteriores de Geroldi y de Zanolini, a pesar de la “abundancia de información”, no garantizaban nada, pero, era una lectura suficiente e históricamente rigurosa del pasado; el último libro y sus investigaciones, sin embargo, dicho por el comisario, “buscan y proponen […] un análisis riguroso y compatible a las fuentes y a los archivos, y sobre todo científicamente, de la comunidad, como Castenedolo, que han construido junto con el municipio de Brescia una civilización e identidad colectiva”. No está del todo claro qué “civilización” e “identidad colectiva” hayan contribuido a crear Castenedolo, tampoco en la comunidad científica está claro.

Se puede romper una lanza a favor de los “trabajos pioneros” de Geroldi y Zanolini citando a un gran historiador como Lucien Febvre cuando decía “ que en cada época se construye mentalmente la propia representación del pasado, su Roma y su Atenas, su Edad Media y su Renacimiento; […] en cada caso se trata de una construcción imaginaria que han reprentado la misma época según los propios intereses: quizás más rica, o alomejor más fructífera, pero no más verdadera”. Georges Duby se hizo eco manteniendo que son sólo unos pocos historiadores que adoptan “el punto de vista del positivismo de hace cincuenta o sesenta años, cuando[…] se afirmaba la sensación […] que fuese posible construir una historia  “científica”. En realidad, estoy convencido de la inevitable subjetividad del discurso histórico”.

Como subjetivas también serán las consideraciones siguientes. Castenedolo, desde su nacimiento, fue un pueblo dedicado a la agricultura y cada iniciativa del municipio estaba destinada a obtener, en sus relaciones con el monasterio de S.Eufemia y de la ciudad, la necesaria autonomía administrativa. Hasta que, repentinamente, en el 1428, fue dada en bandeja de plata al conde de Carmagnola, capitán al servicio de Venezia. Su feudo fue breve, que duró hasta 1432, cuando  fue decapitado en Venezia. En este punto, el municipio compró los bienes del desafortunado conde y, como la mayoría de los municipios brescianos, se dotó en el 1444 por un cuerpo de leyes, los Estatutos, editados por Geroldi en el 1944. Si hay un evento que hace particular la situación de Castenedolo, se refiere al juspatronatus (patrocinio) concedido por Alessandro VI Borgia, en virtud del cual el municipio podía dar al Obispo el nombre de su  pastor.

En el periodo veneciano, hace cerca de unos cuatrocientos años más o menos, se vio a Castenedolo en las mismas condiciones en las cuales se encontraban todos los pueblos  del condado bresciano. Los propietarios de la mayoría de las tierras son los ciudadanos, basta pensar que los tres grupos familiares de los Rodenghi, de los Longhena y de los Zimbelli poseían el 65,5% de las propiedades del pueblo. “En definitiva, las mejores tierras pertenecían a sus ciudadanos que las poseían, arrendadas a los agricultores que, por lo tanto, son capaces de obtener un ingreso adicional no muy elevado agregado a aquellos provenientes de sus tierras”, que, ahora y entonces eran considerados mediocres. Los bienes municipales eran guardados celosamente por los habitantes originarios, mientras que los extranjeros deberán luchar bastante para ser admitidos en la gestión administrativa de la comunidad; por otra parte los Estatutos de 1444 habían sido específicamente estudiados y puestos en marcha por la protección de sus habitantes originarios y de sus beneficios. Este fenómeno, no era típico en Castenedolo y mantenía viva la comunidad bresciana. Tenía que llegar el viento, de la mano de la revolución francesa para resolver el problema de los extranjeros. No se resolvió, sin embargo, el asunto de la propiedad de la tierra, que al frente de la disminución de los bienes nobles, vio aumentar los de la burguesía. La diferencia macroscópica se destaca por el austriaco Registro de la Propiedad que conlleva el nombre de los mayores terratenientes:  Valsecchi Luigi, Filippini Pietro, Borghetti Giuseppe, Zampiceni Giovanni Antonio. También organizaciones de caridad eran presentes en grandes dosis, como el Hospital Maggiore de Brescia y el Orfanato masculino ( La Misericordia), que en época napoleónica tenía cerca de 3000 pertiche (más de 1000 metros cuadrados), que fueron aumentando en la época austriaca. Los campesinos y los pequeños propietarios estaban obligados a llegar a un acuerdo, a merced de los contratos de cabestro y de la imprevisibilidad de los cambios atmosféricos. Los activos, que estaban fuera de los productos agrícolas, derivaban de la cría de gusanos de seda y de otras actividades relacionadas con el molino.

Ni siquiera el nacimiento del socialismo y del sindicato logró mejorar las condiciones de los muchos adheridos alas tierras, ya  se trate de aparceros o asalariados fijos o eventuales. Las luchas sirvieron para desarrollar una conciencia de los propios derechos y de la propia dignidad, pero la oposición fue demasiado robusta y fuerte porque los resultados fueron satisfactorios.

Un aspecto particular del pueblo fue el nacimiento y el desarrollo de la frangiaie (hilanderas), apoyada también por la labor de las Madres Canosianas. Las hilanderas de Castenedolo eran las más populares de la provincia.

Por no mencionar el periodo de la dictadura: en Castenedolo fueron mártires.

Finalmente la democracia y la república…

Todo el mundo conoce la historia. Aunque sea subjetiva.

Un pueblo en  nombre a la gente

Las varias ramas de las familias han tenido siempre su apodo, que las distinguía. Como siempre las motivaciones de los apodos a veces son evidentes, pero a menudo no están disponibles habiéndose perdido en el tiempo. A menudo, a los apodos les hace falta una posterior especificación y es, como en Castenedolo, aquella del lugar de residencia de la familia.  En el volumen principal de la maestra I.Zanolini, Historia de Castenedolo, 1979, se citan muchos apodos a cargo del doctor Ferdinando Bianchini.
Aquí una selección..

Los Arrigotti di Val Marså llamados i Boréc’, aquellos del “Vaticano” en la calle de los söpelòc’ eran conocidos como los Buricì mientras aquellos de la burlòcå de la calle de los Posòrc’ eran los Ciumbì. También para los Febbrari, son los Bitù (Febbrari del Cašì Alt) y los Düs (boteghér y negociantes del vino). Entre los Lombardi se recuerdan aquellos de la Crus, los Ciarèch y el Lombardi mediatùr llamado Marunsì.  Hace falta recordar también el albañil Micheletti llamado Marù.

En el intercambio del tranvia y la báscula pública residia la familia Novelli, llamada los Cocagnì, mientras la Novelli ostessa del bórg de surå era conocida por todos como la Balòtå. En Val Marså, o los Arrigotti, vivian también losBaciochì (Scaroni), el mediador Bašardå (Usanza) e Tacå e destacå, Schivardi chèi del tram a vapùr e i Grigì. Podemos recordar Cimbå, los Dusi scarpulì del Bórg de surå; el barbero Zorzi llamado Cinciömel frér Gabusi llamado Ciapèlo, la Romano bottegaia llamada la Ministrå; los Padèlå eran los panaderos Zanola, los Parigi eran los mecànicos de bicicleta Zorzi y los Benazzoli, padre maringù y el hijo barbero , llamados los Tancini.

En la plaza los vendedores de periodicos Ravelli eran conocidos como le Barbére; la Bigiå Sberna ostessa era llamada la Borèlå; Moreni carrettiere di via lóngå era conocido como Braèt. I Gasparini del Cašì Alt eran apodados iCavrec’ e i Boschetti, cópå ca-ài del Dòs eran llamados i Cavrì. Toda la familia de los vigilantes Busi del Bórg de surå  es apodada i Sangalì mientras i Cavagnini de Codemùt (siòr e poarèc’) son los Ciche. Gli Apostoli della Madonnina tenian el apodo de  i Pastoléc’ e i Delmenico delle seriole Ràsegå e Mešanå eran los Paninå.

I Rovetta della Fornàs son i Tapì, i Trainini del Bórg de surå son apodados i Tre-èlå; i Roverra della Costa son conocidos como i Spì, i Caldera muratori como i Spésiå; i Filippini di via Zanardelli come i Söpleà e Sisto gli Sciotti della Quadernå.

No es frecuente en los pueblos tener le Siènse, llamados le Grasselli della Villa Libera; i Bonzi del Dòs tienen un apodo que iría bien también para las armas de los carabinieri, que son fieles en los siglos: i Sempre; i Forzanini della “Castagna”,en plaza son apodados i Poncèlå. Siempre sul Dosso están los Gioàcå, que no son otros que  i Romano. Se i Castellani son i Gnèch, i Terraroli son i Grèm; los Averoldi del Mai del Söbiöl son i Maér e i Torosani de la Póntå e de la campagnå de Manistrinå son llamados i Malagnì.

En conclusión recordamos los Vanni del Castello llamados los Pelöm y los Savio, maringù también in Castello, renombrados los  Pistrù.