La Ruta del Vino “Colli dei Longobardi” comienza en Brescia, desde el lado norte de la colina Cidneo, sobre el cual se encuentra la viña de la Pusterla (jerga de postierla, puerta secreta de fuga de la fortaleza del castillo); es el viñedo urbano productivo más grande del mundo y es cultivado con uva invernenga, vendimiadas de forma tardía para producir el Pusterla Blanco, vino único y exclusivo de la ciudad. Por lo tanto es fácil deducir que su producto se suministrase en los comedores de las monjas desiderianas del antiguo monasterio lombardo de S.Giulia, situado al sur de la colina Cidneo.
El recorrido gira hacia el sur, en dirección a la llanura Azzano Mella, corte donada por Carlo Magno, en el siglo IX, al monasterio del Salvador en Brescia, fundado por Desiderio, último rey lombardo.
En el recorrido se encuentra Pontegatello donde, en la Edad Media, hubo un hospicio para los viajeros, transformado después en taberna frecuentada por jugadores de apuestas. La leyenda popular cuenta que al lado de la taberna había una tienda de intercambio de préstamos a cargo de los judíos, de ahí el nombre de Pontegatello, del pequeño gueto (ghettello), Puente del gueto. Azzano era sede de la antigua parroquia de San Pietro.
Llegamos a Capriano del Colle, antigua tierra de bosques y campos fértiles, propiedad de las familias más nobles de Brescia; castillos, torres de vigilancia y casas de vacaciones que adornaban el paisaje capriano hasta tal punto que Agostino Gallo, mercante de lana y escritor sobre agronomía, decide establecer el diálogo sobre la agricultura entre sus dos grandes socios en Torrazza di Capriano.
Aquí, donde la familia tenía extensas propiedades, durante el verano, Sta. María Crocefissa Di Rosa (de nombre Paola) pasaba algunos días de vacaciones junto a su padre Clemente y su madre, la condesa Camilla Albani. Cuando dejamos las laderas del Monte Netto nos dirigimos a la colina de Castenedolo y necesariamente debemos pasar por Poncarale, Flero y Montirone.
El primero, fue sede de la tierra del Gallo hasta el 1556 y el segundo hace una bonita muestra de sí, una joya de la arquitectura, la antigua casa de la familia Crotta, reestructurada en diez años por el arquitecto Turbini para la familia de los Lechi, feudatarios desde comienzos del siglo dieciocho.
Flero fue un próspero centro religioso, como lo atestiguan los numerosos edificios religiosos, el más importante entre todos es la Parrocchiale dedicada a San Paolo, construída en el siglo XIII y ampliada al inicio del siglo XX. La historia de Flero, iniciada en la época prehistórica y después en la época de la Alta Edad Media, escrita primero por lo obispos, después por los nobles de la ciudad y más adelante por las tropas que, en diversas guerras, hicieron de este territorio un terreno de combate.
El camino llega a Castenedolo y a su colina. El pueblo, desde siempre dedicado a la agricultura, fue dado en feudo, en el 1428, al conde de Carmagnola, comandante al servicio de Venecia; pero lo tiene por poco tiempo. De hecho, fue acusado de traición, y pronto fue decapitado.
Las laderas del Monte Netto y de la colina de Castenedolo están recubiertas de frondosos viñedos de las empresas del Consorcio Tutela Vini DOC Capriano del Colle. El terreno arcilloso y escaso de piedra caliza permite producir uvas de trebbiano. Los tipos de vinos son Soave y Toscano, vino blanco y seco, delicado y agradable, mientras los viñedos de Sangiovese, Marzemino, Barbera, Cabernet y Merlot comforman las uvas de los vinos rojos, ideales con los sabrosos platos de la cocina de Brescia y los quesos de la zona. En Montirone la central lechera cooperativa produce con leche de granjas asociadas quesos blandos como Stracchino Bresciano y el Grana Padano, denominador común de todo el distrito.
Continuando por Rezzato no se puede dejar de visitar en Ciliverghe, la impresionante Villa Mazzucchelli del siglo XVIII, la Fundación Giacomi-Meo, que alberga el Museo del Vino e del Cavatappi, (Museo del Vino y del sacacorchos), con una colección de más de 2.000 sacacorchos de cada parte del mundo y, al lado, il Museo della Donna e del Bambino, (Museo de la Mujer y del Niño), con una riquísima colección de vestidos, elementos relacionados con el mundo de la mujer, juguetes,etc.
Rezzato y Botticino y la misma Brescia constituyen el área del Consorcio Tutela de Botticino; el distrito abarca las colinas rocosas y los suelos arcillosos-calcáreos sobre los cuales se cultivan viñedos en Barbera, Marzemino, Sangiovese y Schiava Gentile para un vino tinto seco y justamente tánico. En la misma zona se pueden degustar embutidos artesanos de pequeñas granjas, visitar las canteras de mármol (dónde en verano se preparan programas culturales, conciertos, espectáculos) y la escuela de restauración que requiere expertos diplomados a nivel nacional.
En Botticino se puede visitar un interesantísimo “Museo del mármol”, articulado en cinco secciones que corresponden a las fases de transformación del famoso mármol Botticino Clásico (empleado, por citar sólo dos ejemplos, en la construcción del Vittoriano de Roma y de la Casa blanca en Washington). La zona es también rica en Santuarios, como aquél de Rezzato y el de San Gallo, destinos de peregrinación así como de paseos. No muy lejos tiene sede una importante escuela de formación que opera a un altísimo nivel en el sector de la enogastronomía: la Cast Alimenti.